Frases de cine y televisión:

martes, 12 de febrero de 2008

NO ES PAÍS PARA... ESTÚPIDOS.

Nueva película de los hermanos Coen y como viene siendo habitual en ellos se encargan de la producción, dirección, guión y casting, entre otras cosas. Esta vez han adaptado la novela de Cormac McCarthy que lleva el mismo título y parece ser que el traslado del libro a la gran pantalla ha sido muy fiel, según palabras del diario El País.
http://www.elpais.com/articulo/cine/Elegia/western/elpepuculcin/20080208elpepicin_2/Tescin_2/Tes

La historia se desarrolla en la América profunda de los 80, y empieza cuando un veterano de vietnam, Llewelyn Moss, encuentra en el desierto de Texas un maletín repleto de millones de dólares, después de hallar unos cuantos cadáveres de narcotraficantes. Lógicamente, se lo queda. Pero cuando está en su caravana con su mujer decide volver al lugar del crimen para darle agua al único superviviente del maltrecho intercambio de drogas-dólares. Una vez allí es avistado por otros malos que lo persiguen para matarlo pero nuestro protagonista escapa por un río y se lleva a casa una bala en su espalda.
Vuelve a casa, coge el maletín y deja a su mujer en el bus que la llevará con su madre. Él emprenderá una huída frenética para quedarse con la pasta. Todo lugar por el que pasa es alcanzado por el insaciable multiasesino Bardem. Algunas veces matará por placer, otras por “necesidad” y otras según decida “la moneda de la suerte”. Vale, tenemos al huido perseguido por el malo, os suena lo que viene, ¿no? Exactamente, falta el policía que pretende proteger al huido. Ese no puede ser otro que, tras el bagaje de “El fugitivo” y su copia “U. S Marshals”, Tommy Lee Jones. Sin embargo, ahora este agente de la ley no está tan activo porque, como dice el título de la peli: “No es país para viejos” y él ha perdido un poco la esperanza por su trabajo.
Tras varios asesinatos del Bardem, en los que incluyo a un espía que había contactado con Llewelyn para quedarse con el dinero, le toca el turno al propio Llewelyn al que lo mata en uno de los mucho hostales en los que se había hospedado. Lee Jones no puede evitar otra muerte más y decide retirarse al sentirse incomprendido de un país que le había dado tanto a él y que ahora está ahogado en la violencia.
Bardem finaliza su orgía homicida matando a la novia de Llewelyn, pero cuando hay un atisbo de esperanza de que muera en accidente de coche, el muy cabrón “solo” se rompe un brazo y ayudado por dos niños se va andando hacía la dirección que con la que iba con su siniestrado vehículo.

En líneas generales no me ha gustado. No hay diálogos y por tanto no hay conocimiento de la psicología de los personajes. No hay música de fondo, lo cual contribuye a asfixiar más la línea argumental. Esta película ofrece muchos muertos y pocas reflexiones. La adaptación está bien, la fotografía y el ambiente les pongo notable y las actuaciones, sobresaliente. Y a nuestro Bardem, Matrícula de Honor. Con decir que la noche que vi la peli no pude dormir pensando en su siniestra cara.

Y todo esto es lo único positivo que puedo decir de los sugerentes hermanos Coen que tras la fallida “Ladykillers” siguen con humor pero en este “No es país...” es humor negro. Creo que resulta anecdótico recordar una de las pocas frases que dice la película que son graciosas. Consciente del peligro, Llewelyn cuando se va a despedir de su mujer le dice: “Si no vuelvo, dile a mi madre que la quiero”, a lo que ella responde: “Si tu madre está muerta” y él, contrariado, añade: “Pues entonces se lo diré yo”.

Puntos que hacen de esta película decente una película más del montón:

  1. El doblaje al español de Bardem. Le han puesto la voz de Rosell Crowe por lo que no sólo te saca de la película sino que parece que vaya a decir “Fuerza y Honor”.




  2. El “pelo polla” de Bardem. Vale que sean los años 80 y que la moda estuviera loca y todo eso pero un tipo sin escrúpulos no puede tener las mechas de Cindy Crowford y el tinte negro y pelo liso y suave de Courteney Cox.




  3. Y última revisión: las armas de Bardem. Vuelvo a recordar que estamos en los 80 para intentar justificar que este hombre se pase toda la película con una botella de butano –eso sí, delgada y ultraligera- que le sirve de pistola y abre puertas. Es un poco chistoso pero si lo comparamos con el silenciador de su escopeta no se qué me hace más risa. Silenciar, silencia pero es tan grande y ridículo que provocó alguna que otra carcajada en el cine.

CALIFICACIÓN: 6 (y porque Bardem es español y de izquierdas)

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